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jueves, 29 de diciembre de 2011

Elogio al Duelo O El Síndrome Cyrano


Subía a hurtadillas, tratando de flotar sobre los ruidosos escalones de madera, imponiendo mi sigilo a las rebeldes tablas y sus chirríos… De madrugada, cuando todos dormían; cuando yo soñaba. Así comenzaban mis duelos, duelos que por culpa de la maldita historia que se escribió en libros y no en mi cuerpo, no podían ser al alba, no luchaba bajo el sol, no vencía entre la niebla vespertina, no moría al anochecer… yo lo hacía bajo la luz de un flexo, descalzo y en pijama. Pero no importaba, un caballero se viste por dentro, rellena su espíritu con el valor de los sueños, curte su corazón entregándolo a un elevado ideal, entrega su palabra al honor y muere con el alma indemne pues su espíritu siempre vence. Siempre.

                Allí, entre las tinieblas del despacho de mi padre, con el silencio que precede a la muerte, me adentraba en mi bosque y elegía arma, rival y destino. Encendía la luna del flexo, me acercaba a la pared y con ceremonia cogía el florete. Con paso lento estudiaba mi espacio, con mirada fría retaba a mi sombra, con un elegante gesto lanzaba mi invisible sombrero de pluma y me ponía en posición. ¡En guardia! Y mi sombra, sin perder un segundo, sobre mí se abalanzaba al tiempo que yo detenía, siempre la detenía, su primera estocada. ¡Villano! Y saltaba sobre mi sombra que tras el sillón se resguardaba y alargando mi brazo dibujando un elegante coupé, rasgaba la capa y la espalda del contrincante. ¡Touche! Pero su oscura merced, tan hábil como yo, tan valiente, tan rudo, con la carcajada del que no teme al futuro, driblaba la gran mesa, saltaba sobre ella y sobre ella yo le imitaba. Los papeles volaban, los bolígrafos caían, las carpetas se rasgaban, nuestros orgullos discutían sobre el destino en sin par liza de un hombre contra su peor enemigo. Incuartata, reverso y sangre en mi brazo. Lazo con la prenda de mi amada y sin premura a buscar la sangre de mi oscuro enemigo.  ¡Espada y pared, tu destino llegó, par diez! Y sin dar más pábulo a las palabras, le presentaba a su corazón, el filo de mi florete…  y a La Muerte.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

MANIFIESTO PARA LA REVOLUCIÓN 2. ¡Yo Denuncio!


Yo Denuncio

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(1) Yo Denuncio. Y a los primeros que denuncio es a Nosotros. Denuncio nuestra actitud. Denuncio nuestra docilidad. Denuncio nuestra mediocridad, nuestra estandarización, nuestra mansedumbre… (2) Denuncio nuestras pequeñas reuniones de vocecillas quejicosas. Denuncio nuestros mensajes temerosos. Denuncio a nuestra impertinente levedad. (3) Denuncio al apego rencoroso de nuestros corazones. Denuncio a las mordazas que usamos como excusas para no gritar. (4) Denuncio a nuestro empeño en dividirnos y recelarnos. Denuncio a nuestros colores heredados, a nuestras estúpidas ideologías limitadas y mermadas. (5) Denuncio a nuestra miopía y a que sigamos tropezando con las mismas piedras que Ellos siguen arrojando. Denuncio a nuestra falta de templanza para superar la sangre derramada de nuestros valientes antepasados… (6) Sí, porque Unidos no es estar separados. Unidos es andar cogidos de la mano. Unidos es avanzar por el mismo camino. Unidos es otear el mismo horizonte. (7) Unidos es tener a mi derecha a mi hermano rojo y mi izquierda a mi hermano azul, delante al rosa, detrás al amarillo. Unidos es escuchar a los llegados y a los desterrados; a los heredados y a los desheredados. (8) Unidos es abrazar a los que quieren unirse sin importar sus historias y procedencias, su dinero, sus desgracias o su pobreza. (9) No, unidos no es un foro privado, no es un coto cerrado, no es una celda… es una extensa pradera donde todos, todos, todos los que quieran unirse y avanzar hacia el mundo que soñamos, podamos llegar y darnos todos la mano.

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(1) Denuncio a los gobiernos, políticos y líderes que no nos dejan unirnos.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Relatos Fuera de Serie: Relato 5 - Intenciones

Os dejo el relato que he tenido el honor de que me publique en el Blog Fuera de Serie.

Relatos Fuera de Serie: Relato 5 - Intenciones:Fragmento de INTENCIONES, de F.J. Rohs: (...)Sí, creerás que esos besos… Joder, esos besos sólo los podrás soñar. Esas caricias… Ni siquiera eso. Y levantarás la cabeza y pensarás que alguien en algún mundo, en alguna tierra, en algún loft vacío y frío se rompe la cabeza y desgarra su ropa y estampa la botella de whisky y explota y da puñetazos a las paredes y llora como un niño porque alguien dejó de amarle o dejó de besarle o, simplemente, le dejó… Sí, claro que lo sé, no soñarás con ser quien marchó, no, así somos joder, queremos ser el que estalla la botella contra el espejo al tiempo que le estalla el corazón al mirar una foto con su recuerdo. Y alzarás tu mirada de mis páginas y buscarás quien así te pueda amar, con tanto daño, con tanto odio… Necesitarás saber si realmente se puede sentir ese dolor, porque tú jamás lo sentiste, porque cada noche triste lo imaginas entre páginas amarillas, porque, coño, envidias el amor que duele, el que destroza, el que emborracha, el que esclaviza, el que mis páginas describe, el que, debes saberlo, …ya no existe.(...)
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miércoles, 7 de diciembre de 2011

MANIFIESTO PARA LA REVOLUCIÓN 1


Tú Eres Revolución


(1) Yo sólo tengo un sueño. Sencillo, simple, humilde. Sin oros ni lujos. Un bosque, un lago, una casa de madera, mañanas luminosas entre el griterío de mis hijos, tardes de brisa y café con algunos amigos, noches de calor junto a mi mujer y madrugadas lentas hablando con mi pluma.
            (2) No es mucho, creo. O sí lo es. Hoy sí, hoy sí lo parece. No debería ser un sueño imposible, pero hoy… hoy sí que lo es.

            (3)Y lo es porque algo falla en este sueño sencillo: ¿Es lícito? ¿Es Justo? No, no lo es. Es egoísta. Así lo creo cuando miro a mi alrededor. (4) Mi sueño sería un absurdo silencio en un mundo que truena. Mi sueño sería un murmullo vanidoso en un mundo que sufre. Es egoísta… sí, sí que lo es.

            (5) Y lo es porque cuando levanto mi mirada veo un mundo triste, demasiado triste, tan triste que convierte un sueño sencillo en egoísta. (6)Pero al cerrar los ojos imagino otro mundo, un mundo que se me antoja, al menos, mejor. Un mundo donde mi sueño sería justo, lícito, generoso…
           
            (7) Y pienso, medito, discuto y me peleo con mi reflejo buscando como ir desde el mundo que veo hasta el mundo que imagino. (8)Así, de pié, delante de un espejo, me enfrento y me pregunto: ¿Qué tengo? ¿Qué puedo hacer? ¿Soy utópico? ¿Un iluso? ¿Acaso puedo yo hacer algo? (9) Y agachando derrotado mi mirada me reconozco un don nadie, sólo un hombre, un vulgar y simple hombre. (10) No soy un líder, no soy la voz que clama en el desierto, no soy el valiente Aquiles que se enfrenta a los ejércitos, no soy David con su honda y su piedra, no soy el Capitán Trueno, no soy el héroe de ninguna historia, no soy Luther King, ni Gandhi, ni Mandela, ni Lennon ni Silvio. Soy camarero, soy ingeniero, soy carpintero, soy arquitecto, soy obrero, soy enfermero, soy como tú: Un hombre normal con un sueño sencillo.
            (11) Y llevando mis manos hasta mi reflejo, intentando comprender qué diferencias hay entre lo que soy y lo que veo, siento el frío sobre los dedos de mis manos y lo descubro. Ahí está, mi mano derecha. Manchada con la tinta de tantos fracasos. De tantas lágrimas azules. De tantas palabras. Y es en ese instante