-->
Mejor con Google Chrome...


Libros disponibles en Amazon
Lecturas recomendadas más populares: Intenciones
En la Buhardilla
Síndrome Cyrano
Fragmentos para conocerme : Pasa el ratón por encima y, si te gusta, pincha para leer más.
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15

jueves, 25 de octubre de 2012

Breve Historia del Sr. Montaña o Sobre las obsesiones de Arístides Green.

Breve historia del Sr. Montaña. Una de las Obsesiones de Arístides Green.


    Melan, el Alcohólico, le contó a Arístides Green la historia del anterior inquilino. Una historia sin par, de un hombre que fue un gigante y se volvió pequeño por culpa del amor, o de la muerte, o más bien, por culpa de ambas cosas. Melan le llamaba el Sr. Montaña porque decía que nació en el valle de los desamparados, había hecho cima en los riscos del valor y ahora esperaba el descanso eterno en el valle de los desesperados. Por lo visto, la madre del Sr. Montaña, al quedar preñada de él, huyó de casa por miedo a su violento marido. Pero la luz quiso darle antes de tiempo y el hijo nació en un sucio motel. El primer aliento del niño fue el último de su madre, que se lo entregó para vivir pues ya nada más le quedaba en el mundo. Cuando encontraron al niño, lo llevaron al hospital. Allí, las autoridades se encargaron de llamar al padre para que se hiciera cargo. El padre, que no le quiso antes y no le quiso después, por alguna razón misteriosa, decidió quedárselo. 

martes, 9 de octubre de 2012

Déjame vivir...



      Dibujaré, con sesgos de la mano en el aire, con mi afilada espada, con mi triste pluma, con el látigo que hiere, con el recuerdo que me nubla, con la sangre que me brota, con la rabia que me excita, con la tristeza que me ahoga…dibujaré  tu recuerdo. Y ahí lo dejaré. Flotando entre las nubes, viajando con la brisa, lejos… muy lejos de mí. Tú no lo quieres. Yo no lo quiero. Huérfano desgraciado. Bastardo desheredado, flota y elévate y aléjate y alcanza los límites de la memoria, la frontera del olvido… pero déjame vivir.

      Tallaré, en violentos acantilados, con puñetazos impotentes, con nudillos sangrantes, con dedos morados, con mis dientes, con mi cabeza, con tu sonrisa, con tu melena, con tus caderas, con tu calor, con tus caricias… tallaré tu recuerdo. Y ahí pervivirá. Relieve que revela lo que me revolucionó y me apresó. Fuera de mi vista cansada. Pero cerca de mí, por si algún día dudo, pienso, me ilusiono, espero… me dejaré llevar por las olas rabiosas y miraré tu escultura y después… naufragaré y moriré con violencia entregando mis huesos y mis sesos a la roca y tu recuerdo. Hasta entonces… Déjame vivir